martes, 3 de noviembre de 2009

Hablar con claridad

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Hace dos años, la escuela de nuestros hijos propuso implantar la jornada matinal. La ausencia de debate y el hecho de que los padres tuvieron que escribir el nombre de sus hijos en la hoja con su voto, provocaron diversas discusiones entre familias y el profesorado. Algunos docentes perdieron las formas, lo que desconcertó a muchos padres y les hizo cuestionar la confianza que tenían depositada en ellos. En aquel entonces, tanto disgusto y enfado por el horario de los niños era incomprensible para mí.

Al año siguiente matriculamos a nuestros hijos en otro colegio público, mientras otros padres optaron por una escuela privada. Pero recientemente, el APA del nuevo centro nos informó que se iniciaba el proceso para modificar el horario escolar.

Con el tiempo, he llegado a la conclusión de que los enfrentamientos en torno a la jornada escolar se producen porque no se habla con claridad: la Administración delega en las familias la responsabilidad de decidir el horario escolar de los alumnos, sin precisar que su decisión afectará también al horario laboral del profesorado. Y mientras las familias creen estar hablando de un tema educativo, el profesorado está negociando su horario de trabajo, porque éste está condicionado al horario lectivo y la aprobación de la jornada continua implica una mejora de su jornada laboral. El disgusto de algunos docentes empieza cuando los padres cuestionan sus argumentos y no les convencen las supuestas ventajas de la jornada matinal. Porque cuando una madre o un padre vota en contra de este horario, está denegando la jornada laboral continua al maestro de su hijo.

Otro problema es que muchos docentes suelen negarlo o incluso ofenderse cuando un padre menciona que la aprobación de la jornada matinal afectaría o mejoraría su horario laboral. Y sin embargo, algunos docentes no están de acuerdo con que sean las familias quienes decidan su jornada de trabajo:

“… queremos lanzar una protesta para que llegue a los oídos de los que han hecho posible que esta situación escolar que estamos viviendo en nuestro colegio no favorezca el desarrollo de un buen ambiente educativo, como nos gusta a los maestr@s que nos dedicamos a esta labor con profesionalidad, ilusión e interés por las cosas bien hechas…”

“No entendemos porqué, sobre nuestra jornada laboral, deben tomar la decisión los padres. No conocemos ningún colectivo laboral cuya jornada de trabajo sea elegida por "los usuarios". Creemos que el organismo competente, debe unificar criterios y consensuar un modelo de jornada escolar para todos los centros de la región, sin discriminación de zonas o colegios, evitando así los agravios comparativos y el malestar entre los miembros de la Comunidad Educativa”.

La jornada escolar de los alumnos y la jornada laboral de los docentes son dos temas distintos, y es probable que los intereses de los unos no coincidan con los intereses de los otros. Estos temas son competencia de la Administración y creo que es un error delegar esta responsabilidad en las familias porque provoca el malestar en la Comunidad Educativa: la jornada escolar debería ser objeto de una regulación general y la jornada laboral de los docentes, negociada con sus sindicatos. De lo contrario, es inevitable que los enfrentamientos sigan produciéndose y nunca tendremos la garantía de que el horario elegido sea el más adecuado para las necesidades educativas de los alumnos.
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Y mientras las familias sean las responsables de tomar unas decisiones tan importantes, creo que tienen el derecho de saber que su decisión respecto al horario escolar de sus hijos afectará también al horario laboral del profesorado. Porque no hablar con claridad genera suspicacia, y desafortunadamente, daña las relaciones familia-escuela y la credibilidad de un colectivo muy importante para nuestra sociedad.

Mail enviado por S. N.

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14 comentarios:

Pablo dijo...

Coincido plenamente con el autor del post: la jornada escolar de los alumnos y el horario laboral de los docentes deberían ser decisiones de la Administración.

El problema de base de la jornada continua, no es la divergencia de opiniones acerca de las ventajas e inconvenientes de cada horario, sino que las familias ignoran que tienen que decidir el horario laboral del profesorado.

Y esto es malo, porque las familias suelen confiar en los maestros y profesores de sus hijos, y se dejan asesorar por ellos sin sospechar que, quizás, su opinión no es del todo objetiva.

Lo cierto es que existe un grave conflicto de intereses. Digo “grave”, porque afecta a la educación de unos menores. El proceso actual no garantiza en absoluto que el horario elegido sea el más adecuado para el aprendizaje de los niños.

Anakin dijo...

Creo que, en general, las familias no están en contra de que el profesorado mejore su horario laboral. Lo que no les gusta, y hablo de lo que pasó en nuestro centro, es que los docentes no dejen opinar a los padres que tienen dudas sobre las ventajas de la jornada continua, afirmen que el rendimiento de los alumnos aumenta basándose en estudios que nunca aparecen y de los cuales no pueden facilitar ninguna referencia, obliguen a los padres a indicar el nombre de su hijo en la papeleta de voto y aseguren que este horario no mejoraría sus condiciones laborales porque trabajarían las mismas horas, cuando en realidad, se mire por donde se mire, su presencia en el centro se limitaría a la mañana y conseguirían la jornada laboral continua como otros funcionarios.
Y como no pueden demostrar que la jornada continua es mejor para la educación de los niños, al final parece que los profesores son los únicos beneficiados.

Natalia dijo...

De acuerdo con la legislación, los centros educativos pueden modificar el horario escolar de forma consensuada, pero yo me pregunto, ¿garantiza el proceso actual que, efectivamente, el horario elegido se ha decidido de forma consensuada?

¿No debería haber un debate previo a las votaciones para que los padres puedan aclarar sus dudas y reflexionar? Entonces, ¿por qué en nuestro centro los docentes no dejaron hablar a los padres que tenían argumentos contrarios a la jornada continua? ¿Por qué sólo invitaron a una maestra jubilada para aconsejar a las familias de votar a favor del cambio de horario, y no hubo ningún comentario en contra de este modelo?

¿No debería ser secreto el voto? Entonces, ¿por qué en nuestro centro los padres tuvieron que escribir su nombre en la papeleta de voto?

¿No deberían asistir observadores neutrales en el recuento de los votos? Entonces, ¿por qué en nuestro centro se contaron los votos con la sola presencia del profesorado?

En nuestro centro se implantó la jornada continua. Pero, ¿fue realmente de forma consensuada?

Creo que no se deberían mezclar el horario de los alumnos y el horario de trabajo del profesorado, y que no deberían ser las familias las responsables de tomar unas decisiones tan importantes con tan pocas garantías de que el horario que se implanta, sea realmente el que más convengan a los niños.

Juanjo dijo...

Estoy de acuerdo con el post. No se puede negar que existe un conflicto de intereses. Hace falta claridad para poder confiar en la opinión de los docentes.

Jon dijo...

Creo que cualquier trabajador estaría encantado de tener la jornada laboral continua, porque sería una mejora de sus condiciones de trabajo. Y cuando el profesorado asegura que la aprobación de la jornada continua no mejoraría su horario laboral, los padres pierden confianza en ellos.

Leonor dijo...

El profesorado del colegio de mis hijos nos dijo que trabajarían las mismas horas por lo que la aprobación de la jornada única no afectaría a sus condiciones de trabajo. Lo que no es cierto, porque aunque trabajen las mismas horas, éstas se distribuyen de otra manera y el profesorado solo tendría que ir al centro por la mañana. Así que a la palabra “claridad” del post, yo añadiría “honestidad”.

Una madre dijo...

Durante la reunión informativa, unos padres y unos maestros discutieron porque discrepaban en cuanto a las ventajas del horario intensivo. Unos días más tarde, hablando con una de las maestras de mi hijo, le comenté que muchas familias del centro estaban preocupadas por el cambio de horario porque no creían que fuera una mejora educativa para sus hijos y que sólo era una propuesta del profesorado para no tener que volver a la escuela por la tarde. Le pregunté si el cambio de horario afectaría de alguna manera a su horario laboral, porque si no tenía nada que ver, la preocupación de los padres no estaba justificada. Pero la maestra me respondió: “¿qué les importa mi horario laboral a los padres?” y se alejó.
Y entonces, yo también empecé a preocuparme.

Anónimo dijo...

En nuestro centro también se dijo que el cambio de horario no afectaría a la jornada laboral del profesorado.

Gonzo dijo...

En nuestra escuela, no hubo debate sobre el cambio de horario, porque el profesorado se molestaba en cuanto los padres cuestionaban alguno de los argumentos del proyecto.
Y como las familias de nuestro centro son muy pacíficas, prefirieron desistir para no discutirse con los maestros que, visiblemente, no iban a permitir que unos padres cuestionaran su opinión de expertos.

Pues eso, que por una parte la escuela pretende formar a los jóvenes para que tengan una mentalidad crítica y cuestionadora, y que por otra, no deja a los padres opinar libremente sobre un tema que afectará a la educación de sus hijos.

Alfonso dijo...

Es bastante obvio que conseguir la jornada laboral continua es una mejora de las condiciones de trabajo de cualquier profesional. Y si el proyecto de jornada continua está bien hecho y contiene sólidos argumentos para defender su implantación, ¿por qué negarlo?

José dijo...

No es ningún secreto que la jornada continua mejora del horario laboral del profesorado y que la jornada partida lo empeora.

En Andalucía, se ha “blindado” el horario continuo del profesorado: “El otro punto que se ha tratado en la negociación es la eliminación de la obligatoriedad de abrir los colegios dos tardes a la semana, consolidando así, por decreto, la jornada continua del profesorado. Ahora más del 90% de los centros escolares andaluces tiene implantada la jornada continua por la mañana. Apenas hay horarios partidos de mañana y tarde. Sin embargo, esa situación estaba a expensas de las decisiones del consejo escolar. Si los padres votaban por unanimidad que preferían una jornada partida para sus hijos, los profesores debían aceptarlo. La consejería ha aceptado blindar el horario continuo”

MariBel dijo...

En nuestro colegio, los profesores insistieron en que las familias teníamos que pensar en el bien de los niños, que la jornada continua era mucho mejor para su educación y que el cambio de horario no beneficiaría al profesorado porque tendría que trabajar el mismo número de horas. Yo creo que ésto es algo parecido a "abusar de la confianza de las familias". Es muy triste. Y después se preguntan por qué los padres ya no les valoran como antes. Por suerte, esta vez la jornada continua no se aprobó.

Paula dijo...

Algunos docentes de nuestro centro también perdieron las formas cuando no se aprobó el cambio de horario. Y por muchas leyes que se hagan, una vez que se ha perdido la confianza en alguien, es muy difícil recuperarla.

Sergio dijo...

En mi opinión, no se dice abiertamente porque el profesorado teme que las familias piensen que se quiere implantar el horario continuo sólo para obtener el horario que probablemente la mayoría de los trabajadores desearía. Pero creo que un buen proyecto pedagógico para los alumnos puede ser perfectamente compatible con una mejora de las condiciones laborales de los docentes. No creo que a nadie le molestaría, mientras el nuevo horario también beneficie a la educación de los niños.