martes, 25 de agosto de 2009

Antes de implantar la jornada continua en Cataluña



En su página web, el Catedrático de Sociología Mariano Fernández Enguita ha publicado una entrada preocupante sobre la jornada escolar continua en nuestro país. Después de una peculiar pero cierta definición del proceso de modificación de la jornada continua, el autor de “La hora de la escuela” nos informa de que “la marea negra llega a Cataluña.”

El principal problema de la jornada continua, es que una vez implantada, aunque la Administración se dé cuenta que este horario no es tan eficaz para la educación de los niños, es imposible volver a la jornada partida porque los docentes y sus sindicatos se oponen. Tenemos un ejemplo reciente en Canarias, donde un medio de comunicación desveló que “el Ministerio de Educación ha planteado a las comunidad autónomas que analicen si conviene acabar con la jornada continua y volver a la jornada partida, entre las medidas para mejorar la calidad educativa”: las reacciones de los docentes en contra de la propuesta no se hicieron esperar.

Por este motivo, antes de implantar la jornada continua, sería conveniente comprobar su eficacia en otras Comunidades y analizar en qué medida este horario ha contribuido al aumento del rendimiento escolar de los alumnos, la mejora de sus resultados académicos, la disminución de la tasa de repetidores y la reducción del fracaso escolar.

Y en cualquier debate sobre la conveniencia o no conveniencia de implantar la jornada escolar continua hay un tema que no se debería obviar: la implantación de la jornada continua implica para el profesorado la mejora de su horario laboral; de hecho, la jornada laboral continua es una reivindicación y uno de los objetivos de los sindicatos docentes.

Si la jornada continua supone una mejora de las condiciones laborales del profesorado y el logro de uno de sus objetivos sindicales, antes de implantarla habría que estudiar detenidamente la propuesta para determinar y poder asegurar que este horario supondrá también una mejora de la educación de los alumnos, porque la jornada continua es un viaje sin billete de vuelta.

2 comentarios:

Alberto dijo...

No se debería subestimar el problema de la jornada continua. Al coincidir la jornada escolar de los alumnos y la jornada laboral de los docentes, implantar el horario escolar continuo es una mejora del horario laboral del profesorado y volver a la jornada partida sería empeorarlo.

El problema está en la legislación que, a través de la autonomía de los centros para elegir el horario escolar, delega indirectamente en las familias la competencia de decidir la jornada laboral de los docentes.

Anónimo dijo...

Me resulta particularmente alarmante que un experto considere la jornada continua como “una marea negra” que se extiende por las Comunidades, porque estamos hablando de la Educación y del futuro de los niños de este país.

Convendría investigar los presuntos “engaños, abusos, atropellos…” de los que muchas familias se quejan año tras año y averiguar por qué el sistema no garantiza a los niños la posibilidad de volver a la jornada partida en el caso de no demostrar su eficacia la jornada continua.