martes, 28 de abril de 2009

El problema de las votaciones

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Según las normativas actuales, el proceso de implantación de la jornada continua debe ser ante todo democrático. Pero hay un problema: ¿quién y cómo se asegura que las votaciones son realmente democráticas?

La jornada continua es un cambio del horario escolar de los alumnos, pero también un cambio del horario laboral de los docentes: los alumnos sólo estudian por la mañana, los docentes sólo trabajan por la mañana, y ambos tienen la tarde libre.

No existe ningún estudio científico que demuestre que la jornada continua sea mejor para el rendimiento escolar y la formación de los alumnos. Sin embargo, para los docentes la jornada continua es una mejora de su condiciones de trabajo que afecta directamente a su horario laboral.

Si los docentes tienen un interés personal en que salga un determinado resultado de las votaciones, ¿es realmente democrático que el profesorado sea el responsable de controlar todo el proceso de información, de votación y el recuento de votos?

¿Por qué en muchos colegios los padres tuvieron que indicar el nombre de su hijo en la papeleta de voto antes de devolverla a su maestro y que solamente el profesorado asistió al recuento de los votos?

He aquí un extracto del estudio "La hora de la escuela. Análisis y valoración de los procesos, los efectos y las opciones de la implantación de la jornada continua", elaborado por el Catedrático de Sociología en la Universidad de Salamanca, Mariano Fernández Enguita:
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...todos los estudios realizados indican que el cambio de jornada tiene efectos neutros, ambiguos o irrelevantes para los alumnos; por otra parte, sin embargo, no cabe duda de que beneficiará profesional y personalmente a los profesores...
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Mail enviado por Alfonso. J.

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