miércoles, 23 de septiembre de 2009

No votar para defender los intereses de los niños.

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Buenos días,

Os escribo en relación con el post No quiero decidir el horario laboral de los maestros de mi hijo que publicasteis el pasado 18.09.09.

El curso pasado, el colegio de mis hijos propuso implantar la jornada continua. El proceso fue bastante conflictivo y se produjeron varios enfrentamientos entre el profesorado, y madres y padres contrarios a la jornada continua. Además, durante las tutorías los maestros intentaron convencer a los padres de las bonanzas de la jornada continua y les sugirieron que su hijo estaría mejor con la jornada continua, lo que muchas familias no consideraron adecuado. Ante el comportamiento decepcionante de varios docentes y su insistencia para que los padres fuesen a votar, muchas familias decidieron hacer lo contrario: no ir a votar.

El resultado fue inesperado: en nuestra comunidad autónoma, la normativa exige que dos tercios de todos los padres censados vayan a votar para poder seguir con el proceso de modificación de la jornada escolar, de lo contrario, el proceso se detiene. Como muchos padres no fueron a votar, no se alcanzaron los dos tercios necesarios, por lo que el proceso se paralizó y no se aprobó la implantación de la jornada continua.

Creo que es un error que los padres tengan que decidir el horario laboral de los docentes, porque este sistema sólo provoca enfrentamientos entre el profesorado que defiende la mejora de su jornada laboral y los padres que intentan defender los intereses de sus hijos. Además, en cualquier profesión, la honradez y la integridad son necesarias para tener credibilidad, y en su desespero por conseguir la jornada continua, muchos docentes se exceden y la pierden.

Así que para no tener que enfrentarse a los docentes, cuando los padres consideran que la jornada partida es mejor para la educación de los niños, no votar es lo único que las familias pueden hacer para defender los intereses de sus hijos.

Mail enviado por María (Castilla y León)

10 comentarios:

Elena dijo...

En nuestro centro pasó algo similar. Los votos favorables a la jornada continua fueron mayores a los votos contrarios a ella, pero al no alcanzar el mínimo exigido, el proceso no pudo seguir adelante y no se implantó la jornada continua.

Anónimo dijo...

Hola, en la escuela de mis hijas pasó lo mismo. Muchos padres no fueron a votar y el proceso no pudo continuar.

Alberto dijo...

Para el profesorado, el proceso de modificación de la jornada escolar es una negociación de su jornada laboral. El papel de las familias es aprobar o denegar una mejora de su horario laboral y por supuesto, los docentes defienden sus intereses. Por esta razón se producen tantos enfrentamientos en los centros escolares por la jornada continua.
Las familias no deberían tomar esta decisión y para no tener que enfrentarse a los docentes, es mejor no ir a votar.

Una madre dijo...

Hola. Yo decidí no ir a votar porque no aprobaba el comportamiento de algunos maestros. Me parece que no dejar hablar a los padres que tienen dudas sobre los argumentos del proyecto, es una completa falta de respeto. El horario no se cambió porque no había votos suficientes.

andrea dijo...

En el tema de la jornada continua, la imagen que dan muchos docentes es que sólo les importan sus intereses. Es uno de los motivos de la pérdida de prestigio de esta profesión.

Carlos D. dijo...

Nosotros no fuimos a votar porque no hubo ningún debate sobre el tema, solamente la exposición del punto de vista del profesorado durante una reunión.

Anónimo dijo...

Cuando alguien tiene argumentos sólidos y los puede defender, no evita el debate.

Daniel dijo...

La jornada continua provoca enfrentamientos que en nada favorecen la educación de los niños.

Por este motivo no fuimos a votar.

Anónimo dijo...

Ni la jornada partida ni la continua son la panacea;pero si una gran mayoría de los docentes pretende la jornada continua¿ será porque así trabajan menos, ganan más o fastidian más a los alumnos o a las familias?
Si esto fuera así, vaya escuela y vaya profesionales a quienes se confía la educación de las futuras generaciones.
La jornada continua no reduce la jornada lectiva ni no lectiva del profesorado, no supone para este ninguna mejora económica ni pretende fastidiar a padres o alumnos con su implantación. ¿Por qué no pensar que los docentes pueden tener razón en que la jornada continua puede ser mejor para los alumnos? ¿No son ellos quienes los conocen mejor? ¿No saben ellos cuando son más o menos receptivos sus alumnos al aprendizaje?
En fin me llama la atención que nadie en este foro defienda la profesionalidad y la honradez de tantos docentes que en este país luchan con entusiasmo por una escuela mejor y desempeñan su labor
con honestidad y procurando lo mejor para sus alumnos.
Se puede estar a favor o en contra de una jornada u otra; pero nunca debería condenarse a todo un colectivo por ser partidario de una jornada escolar.
Votad en contra o no votéis, estáis en vuestro derecho; pero no arrojéis a la hoguera a quienes están al frente de la educación de vuestros hijos sólo porque no estéis de acuerdo con su propuesta o porque a vosotros no os venga bien.

Grupo Jornada Escolar dijo...

Hola Anónimo,
Muchas gracias por tu comentario. El objetivo de este blog es el intercambio de información y de opiniones sobre la jornada escolar, para que las familias puedan conocer las experiencias y el punto de vista de otras familias, pero también de profesionales de la educación, así que bienvenido a este blog.

Coincido contigo en que en España hay muchos docentes magníficos, honrados y profesionales que luchan con entusiasmo procurando lo mejor para sus alumnos. Creo que vuestra profesión es muy bonita, difícil, pero bonita, y que el futuro de los niños de este país está en vuestras manos.

El proceso de modificación de la jornada escolar es un gran problema, porque se mezclan los intereses de los alumnos con los intereses del profesorado, y enfrenta innecesariamente a padres y docentes. Aunque haya padres que prefieran la jornada partida para la educación de sus hijos, su intención no es fastidiar al profesorado y denegarle la jornada continua.

Es posible que los docentes tengan razón cuando afirman que la jornada continua es mejor para los alumnos, pero resulta muy difícil confiar en la opinión de cualquier profesional cuando existe un conflicto de intereses, y que parte de estos profesionales se enfadan o pierden las formas cuando los padres no se dejan convencer de las bondades de la jornada continua.

Aunque no estemos del todo de acuerdo, de nuevo, bienvenido a este blog.
Un saludo.