viernes, 13 de febrero de 2009

Dos consideraciones para empezar a valorar el proyecto.

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Cuando el colegio de nuestros hijos presentó el proyecto de cambio de horario escolar, la mayoría de los padres conocían el tema del horario laboral del profesorado por los artículos de prensa y la información que habían recopilado.
Incluso habían tenido la oportunidad de leer el proyecto de un centro escolar de Cuenca que comenzaba así:

"... El profesorado que forma parte de este centro es consciente de que la modificación del horario escolar tiene un componente de reivindicación laboral , y también de que el cambio de horario no va a suponer la resolución de todos los problemas educativos existentes, pero ahora bien, estamos plenamente convencidos de que de este modo la educación es mucho más racional tanto laboralmente como educativamente..."
(para leer el proyecto completo, podéis contactar con nosotros y os lo enviaremos).

Muchos padres consideraban legítimo que los docentes, como cualquier colectivo, intentasen mejorar sus condiciones laborales, y no tenían inconveniente en modificar el horario escolar, siempre que este cambio no perjudicara la formación y el aprendizaje de los alumnos.

La única manera que tenían para averiguar cómo el cambio de horario podía repercutir en los estudios de sus hijos era analizar detenidamente el proyecto. Aunque los padres respectaban la opinión del profesorado, para poder valorar correctamente la propuesta, era necesario tener en cuenta las siguientes consideraciones:
  1. el cambio de horario representaría una mejora laboral para el profesorado,
  2. consecuentemente, el proyecto no podía ser objetivo.

A partir de aquí, los padres empezaron a leer detenidamente el proyecto y a analizar cada una de las propuestas de mejora. Visiblemente, los autores habían dedicado mucho tiempo para elaborar el proyecto, pero a pesar de ello, éste estaba incompleto:

  1. por una parte, no demostraba que concentrar las clases por la mañana aumentaba el rendimiento de los niños,
  2. no podía garantizar que los objetivos de mejora se podían alcanzar, y no proponía alternativas en el caso de que ésto ocurriera,
  3. a algunas familias, el nuevo horario causaría problemas que no tenían con el horario actual como por ejemplo, no poder asistir a las actividades extraescolares porque el transporte escolar con la jornada matinal no estaría disponible para volver al colegio por la tarde.

El objetivo de cualquier proyecto es mejorar una situación y solventar problemas. En el proyecto de la escuela de Cuenca que citamos anteriormente podemos leer:

"... Siempre sin perder de vista ni menospreciar a las familias que el nuevo horario les resulte algo incómodo o perjudicial ( son las menos) siendo las administraciones públicas las que deberán dar respuesta a éstas, ni podemos, ni pretendemos arreglar unos problemas planteando otros a ciertas familias..."

Finalmente, el proyecto no convenció a los padres de que el nuevo horario sería más adecuado para la formación de sus hijos que el horario actual, y de momento el colegio mantiene la misma jornada escolar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por curiosidad he leído algunos proyectos de cambio de horario que he encontrado en internet, y me llama la atención que todos se parecen: afirman lo mismo, proponen las mismas mejoras, y cometen los mismos errores: no garantizan que los objetivos se lograrán, no facilitan datos que permitan contrastar la información ... :-(